Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

En planta es un edificio rectangular de tres naves, aunque en origen sería de nave única, con cabecera semicircular orientada al este, de 23,50 m de largo por 18,50 de ancho. La torre se encuentra a los pies del edificio, integrada en el mismo, en el ángulo noroccidental.

En el edificio se aprecian varias fases constructivas, la más antigua se adscribe al románico, siglo XIII, estilo reflejado en la parte baja del ábside, de aparejo ajustado y perfecto, con un vano diseñado a imagen de los que podemos encontrar en el monasterio de Sijena y con moldura con canetes sobre la que se asentaba el antiguo alero. Esta primitiva edificación fue posteriormente ampliada en altura mediante un lenguaje artístico plenamente gótico y diferente material, el ladrillo. La puerta de entrada está situada al mediodía y se resuelve en arco de medio punto apoyado en pilastras sobre basamento. Al pie y al norte tiene puertas tapiadas. El ábside consta de dos partes: una semicircular de piedra, en la que se abre una ventana abocinada con arcos de medio punto apoyados en columnillas con capiteles lisos, sobre la que se coloca el cuerpo superior poligonal, en ladrillo y con ventanal abierto en arco ojival.

El interior se resuelve mediante una sola nave, subdividida en cuatro tramos con capillas entre los contrafuertes más el ábside semicircular. La nave se cubre con bóveda de lunetos que arranca en imposta falsa muy volada y el ábside con cuarto de esfera asentada sobre bandas decorativas gallonadas.

La esbelta torre presenta cuatro cuerpos: el primero es de piedra y de estructura cuadrada, los otros son de  ladrillos; el cuarto es octogonal, con ventanas en cada uno de sus lados, lo que contribuye a darle esbeltez y eliminar la sensación de pesadez. Termina con un chapitel piramidal.

La parroquial de la Asunción es en origen de estilo románico, reformándose en el gótico y transformándose su interior durante el siglo XVIII con fórmulas barrocas. Por su aspecto formal exterior la iglesia adopta los cánones del Renacimiento del siglo XVI, siendo obra del siglo XVIII la elevación y reformado de la nave y todo el enlucido interior.