Las primeras huellas de civilización datan del -900 y se encuentran yacimientos de Valdeladrones, Tozal de los Regallos, Cabeza la vieja, etc.
Con la llegada de los romanos, el territorio candasnino y sus zonas adyacentes se convirtieron en lugar de paso frecuente para las tropas y comerciantes, dada su peculiar situación de encrucijada entre las vías que comunicaban Tarraco, Ilerda (Lleida), Celsa (Velilla de Cinca) y Caesar Augusta (Zaragoza).
De esta época nos han quedado la calzada romana, noticias de miliarios, el "Conventaz" y otros restos.
Los árabes aprovecharían estas vías de comunicación en sus correrías por el valle del Ebro.
En la Edad Moderna conocerá el desarrollo y la expansión propias del siglo XVI, así como las agitaciones de bandoleros y las crisis de subsistencia propias del siglo XVII.
El siglo XVII se inicia con las peripecias bélicas de la guerra de Sucesión. Los dos últimos siglos han jalonado la vida candasnina de períodos de agitación y de desarrollo, como el de finales de los sesenta o el de esta última etapa de ayuntamiento democrático.
La llegada de las aguas del Canal Monegros, anhelada desde 1915, está suponiendo una importante transformación para la comunidad local.