De origen medieval y documentada en el siglo XV, las fuentes unas veces hablan de la ermita de San Bartolomé, otras de San Marcos y otras veces con los dos nombres, lo que nos hace pensar en una advocación compartida. La ermita, antaño tenía un ermitaño a su cargo. Castillón Cortada nos explica que una de sus obligaciones era tañer la campana tres veces al día: al alba, al mediodía y al crepúsculo (campana de los perdidos).
En su interior tenia dos altares pintados en la pared. Uno estaba dedicado a la Virgen de la Alegría y el otro a San Ramón. También había una predicadera o pulpito pequeño, pero el elemento más curioso era un pequeño ladrillo rojo, de un palmo cuadrado, relacionado con ritos de fecundidad.
La ermita fue arrasada en la Guerra Civil (1936-1939) y a principios de los setenta se construyó la actual. Del edificio original se conserva una pared con restos de los contrafuertes. Esta pared se ha ensamblado con la construcción actual.
Se se alza sobre un cerro situado a unos dos kilómetros de Candasnos en dirección sureste. Carretera de SAS, una vez pasada la cooperativa la Menorca, seguir el camino hacia la izquierda y a pocos metros girar a la derecha.